domingo, 30 de octubre de 2011

El amor de Dios


Cuando nacemos de nuevo, no necesitamos clamar a Dios para que derrame su amor, ya ha sido derramado en nuestros corazones; dispongámonos a vivirlo, porque este amor es Cristo Jesús, y expresémoslo, amando al prójimo como Él  nos amó y se entregó por nosotros.



Bendiciones.