lunes, 30 de julio de 2018

La fe que nos motiva a recibir lo que esperamos.

Envió su palabra y los sanó; los arrebató de las puertas de la muerte. 
Salmos 107:20

 Así que la fe proviene del oír, y el oír proviene de la palabra de Dios (Romanos 10:17); ese oír la Palabra de Dios es con el corazón, y esa fe es la que nos permite mover montaña, así nuestra fe sea como un grano de mostaza. Veamos Lucas 17:5-6
Los apóstoles le dijeron al Señor: «Auméntanos la fe.» Entonces el Señor les dijo: «Si ustedes tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, podrían decirle a este sicómoro: “Desarráigate, y plántate en el mar”, y el sicómoro los obedecería.
Al meditar en los milagros que realizaba el Señor Jesús como por ejemplo la sanidad de la mujer del flujo de sangre, la del siervo del centurión, la fe de la mujer cananea, entre muchas otras sanidades y liberaciones, fue la fe puesta en Jesús de Nazaret que hizo posible el milagro; Dios actúa por fe no por las circunstancias.
Estos hechos testimoniales nos motivan a confiar en Jesucristo y en su Palabra aumentando así nuestra fe.
Jesús les dijo: «Tengan fe en Dios. Porque de cierto les digo que cualquiera que diga a este monte: “¡Quítate de ahí y échate en el mar!”, su orden se cumplirá, siempre y cuando no dude en su corazón, sino que crea que se cumplirá. Marcos 11:22-23 

Bendiciones