La Palabra de Dios es una de las armas poderosas que tenemos los creyentes, pues la Palabra de Dios tiene vida en sí misma, y es poderosa; es la espada del Espíritu con la cual nos salva, liberta, restaura y santifica; es guía que ilumina el camino por donde debemos caminar; es la verdadera sabiduría para animar, aconsejar, enseñar, exhortar, edificar y consolar; es la verdad absoluta.
Un abrazo llenos de abundantes bendiciones.