Ser generosos es dar con liberalidad; y debe cumplirse en todos los sentido de la palabra, "si te das a ti mismo en servicio del hambriento, si ayudas al afligido en su necesidad, tu luz brillará en la oscuridad, tus sombras se convertirán en luz de mediodía" (Isaías 58:10).
Debemos ser generosos en la obra de Dios en nuestro servicio y en nuestras ofrendas; en dar el amor de Cristo, que se supone lo llevamos en nuestro corazón; en dar una palabra de ánimo, cuando llegan las adversidades y aflicciones; en enseñar de lo que sabemos, sin egoísmo; en compartir de lo que Dios nos ha dado, sin mirar a quien.
Que nuestro Dios les bendiga en abundancia.