Yo te llevo grabada como un tatuaje en mis manos, siempre tengo presentes tus murallas.
Isaías 49:14-16
La verdad hay madres que se olvidan de sus hijos, como las mamás avestruces:
El avestruz es muy alegre, y le gusta agitar sus alas, pero no es un ave cariñosa: pone sus huevos en la arena, y allí los deja empollar; ¡no parece importarle que una fiera los aplaste! Maltrata a sus polluelos como si no fueran suyos, y no le importa que se pierdan. Cuando yo repartí la sabiduría, no le di su porción de inteligencia, pero cuando extiende sus alas es más veloz que cualquier caballo. Job 39:13-18
Contrario a la avestruz; es nuestro Dios quien es un Padre tierno y compasivo; y nunca se olvida de nosotros, sus hijos; Él nos cuida y nos corrige para nuestro verdadero bien, para hacernos santos como él (Job 12:10).
Bendiciones.