miércoles, 1 de febrero de 2012

La expresión de nuestro amor

"Amo al SEÑOR, porque oye mi voz y mis súplicas. Porque a mí ha inclinado su oído; por tanto le invocaré mientras yo viva". Salmo 116:1-2
Que hermosas palabras las del salmista, amar e invocar a nuestro Eterno Dios en nuestro diario vivir, no solo se trata de palabras, sino de un caminar por Él mientras se viva, es una vida de rendición, un morir cada día, para que Él viva en nosotros.

"Aunque la higuera no florezca, ni haya fruto en las vides, aunque falte el fruto del olivo, y los labrados no den mantenimiento, y las ovejas sean quitadas de la majada, y no haya vacas en los corrales; con todo, yo me alegraré en el eterno, y me gozaré en el Dios de mi salvación"
Habacuc 3: 17-18 

Nuestro Cristo Jesús es quien nos da su fortaleza, para permanecer firme día a día en gozo y alegría. ¡Oh Jesucristo Señor nuestro, gracias porque has cambiado nuestro lamento en gozo! ¡Bendito Dios, cuán Grandes eres tú!

Bendiciones.