martes, 21 de julio de 2015

Viviendo vidas en el amor de Dios

Amor y temor, en efecto, son incompatibles; el auténtico amor elimina el temor, ya que el temor está en relación con el castigo, y el que teme es que aún no ha aprendido a amar perfectamente.
1 Juan 4:18  [La Palabra (HispanoAmericana)].


 
 
 
El amor es comprensivo y servicial; el amor nada sabe de envidias, de jactancias, ni de orgullos.
No es grosero, no es egoísta, no pierde los estribos, no es rencoroso.
Lejos de alegrarse de la injusticia, encuentra su gozo en la verdad.
Disculpa sin límites, confía sin límites, espera sin límites, soporta sin límites.
El amor nunca muere. 1 Corintios 13: 4-8
Este es el verdadero amor que todos los cristianos debemos profesar, pero muchas veces manifestamos lo contrario, precisamente porque aún hay cosas que hemos olvidado o no son reconocidas como pecados y no han sido confesadas y sanadas, esto va formando algunas veces raíces de amarguras en nuestro corazón; que conllevan a dar mal testimonio. Cuando vemos en los cristianos esas actitudes de mal carácter, de egoísmo, de envidias, de contiendas e inseguridades, la gente pregunta ¿dónde esta el amor de Dios? porque el amor es parte de su carácter.  
 
Una esperanza que no decepciona, porque al darnos el Espíritu Santo, Dios nos ha inundado con su amor el corazón.
Romanos 5:5
 
Bendiciones.