viernes, 10 de julio de 2015

El amor a nuestro prójimo

En esto conocemos lo que es el amor: en que Jesucristo entregó su vida por nosotros. Así también nosotros debemos entregar la vida por nuestros hermanos.
Si alguien que posee bienes materiales ve que su hermano está pasando necesidad, y no tiene compasión de él, ¿cómo se puede decir que el amor de Dios habita en él? 1 Juan 3:16-17  


El vivir una vida egocéntrica no agrada a Dios, precisamente porque uno de los mandamientos que Jesús nos demandó es amar al prójimo como a uno mismo y centrarse en el yo, no cumple con lo que Dios nos pide hacer.

Si hubiera un pobre entre tus hermanos en una de tus ciudades de la tierra que el Señor te da, no serás egoísta y no te negarás a ayudarle.
Serás generoso con él y le prestarás lo que necesite.
Asegúrate de que ningún pensamiento malvado entre en tu mente diciéndote: “El séptimo año, el año de perdonar las deudas está cerca”, y mires a tu vecino pobre de manera hostil y no le des nada, pues él se quejará de tu conducta ante el Señor, y el Señor te encontrará culpable de pecado.
Deberás ser generoso con él, y tu actitud deberá ser amistosa cuando lo ayudes, porque por este acto el Señor tu Dios te bendecirá en todo tu trabajo y en lo que hagas.
Deuteronomio 15:7-10

Un abrazo lleno de bendiciones