"Lo que Dios quiere es que ustedes lleven una vida santa, que nadie cometa inmoralidades sexuales y que cada uno sepa dominar su propio cuerpo en forma santa y respetuosa, no con pasión y malos deseos como las gentes que no conocen a Dios. Que nadie abuse ni engañe en este asunto a su prójimo, porque el Señor castiga duramente todo esto, como ya le hemos advertido. Pues Dios no nos ha llamado a vivir en impureza, sino en santidad". 1Tesalonicenses 4:3-7(DHH).
Por amor a nuestro Señor Jesucristo debemos llevar una vida de santidad, y esta se logra bajo la dependencia de Dios en una vida de oración y meditación de su palabra; pues el Santo Espíritu de Dios a través de su Palabra nos santifica; "Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad", Juan 17: 17.
Una vida de entrega y rendición a Dios no está basada en la religiosidad, sino en una relación personal día a día con su santo Espíritu.
Dios les bendiga.
Por amor a nuestro Señor Jesucristo debemos llevar una vida de santidad, y esta se logra bajo la dependencia de Dios en una vida de oración y meditación de su palabra; pues el Santo Espíritu de Dios a través de su Palabra nos santifica; "Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad", Juan 17: 17.
Una vida de entrega y rendición a Dios no está basada en la religiosidad, sino en una relación personal día a día con su santo Espíritu.
Dios les bendiga.