viernes, 12 de febrero de 2016

Aprendiendo en tiempos de aflicción

«Quédense quietos, reconozcan que yo soy Dios. 
¡Yo seré exaltado entre las naciones! ¡Yo seré enaltecido en la tierra!» Salmo 46 :10

Cuando tomamos decisiones que no van conforme a la voluntad de Dios, por nuestro carácter impaciente; haciendo nuestra propia voluntad y llevando a cabo nuestro anhelos independientemente de nuestro Dios y Padre, vienen las aflicciones o quebrantamientos para enseñarnos a depender de Él y esperar su tiempo. Si bien es cierto que muchas veces oramos y colocamos nuestras peticiones en las manos de Dios; también es cierto que, no esperamos su tiempo; es decir no hay quietud en nuestro corazón, y es aquí donde esta el error de nuestra alma; no saber esperar ni confiar en nuestro Eterno Dios...tampoco es fácil, pues vienen los dardos del enemigo a traer confusión y angustia y como consecuencia decisiones equivocadas. 

Pero Jesús nos dice: «Vengan a mí todos los que están cansados y llevan cargas pesadas, y yo les daré descanso. Pónganse mi yugo. Déjenme enseñarles, porque yo soy humilde y tierno de corazón, y encontrarán descanso para el alma. Pues mi yugo es fácil de llevar y la carga que les doy es liviana».
Mateo 11:28-30

Un abrazo y muchas bendiciones