martes, 1 de abril de 2014

Siguiendo la guía del Espíritu Santo

Y los que somos de Jesucristo ya hemos hecho morir en su cruz nuestro egoísmo y nuestros malos deseos. 
Si el Espíritu ha cambiado nuestra manera de vivir, debemos obedecerlo en todo. 
No seamos orgullosos, ni provoquemos el enojo y la envidia de los demás por creernos mejores que ellos.  Gálatas 5:24-26


Gracias damos a nuestro Señor Jesucristo, por todos los beneficios que recibimos a través de su cruz y de su Santo Espíritu al transformar nuestra vida. Ahora nos corresponde seguir su dirección; ya nuestras emociones y sentimientos deben pasar a un segundo plano, el corazón no puede seguir dirigiendo nuestras vidas. 

Muchas veces nos dejamos guiar por los sentimientos, y entre estos la envidia, que hace que veamos a las personas llenas de orgullo o como si fueran lo mejor; pero la verdad es nuestra forma de verla. 

El ojo es la luz del cuerpo. Si tus ojos ven bien, todo tu cuerpo estará lleno de luz.
Pero si tus ojos ven mal, entonces todo tu cuerpo estará lleno de oscuridad. Si la única luz que tienes es la oscuridad, ¡qué horrible oscuridad tendrás!  Mateo 6:22-23 

Bendiciones.