jueves, 19 de diciembre de 2013

Vidas prósperas en nuestro Eterno Dios.

"Uzías hizo lo que agrada al Señor, pues en todo siguió el buen ejemplo de su padre Amasías y, mientras vivió Zacarías, quien lo instruyó en el temor de Dios, se empeñó en buscar al Señor. Mientras Uzías buscó a Dios, Dios le dio prosperidad".
2 Crónicas 26:4-5


Cuando reconocemos a Dios en Cristo Jesús como nuestro Señor y Salvador, y buscamos de su presencia a través de la oración y la meditación de la Palabra; se da inicio a una vida llena de prosperidad en todos los ámbitos de nuestra vida; el renovar nuestra forma de pensar, hace que nuestra vida sea cada día mejor, porque no estamos confiando en la suerte o el destino o la vida sino que estamos confiando en un Dios vivo que suple todo lo que nos hace falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús (Filipenses 4: 19) y no solo en lo  económico sino en todas las áreas de nuestra vida.
El temor del SEÑOR es el principio de la sabiduría; los necios desprecian la sabiduría y la instrucción. 
Proverbios 1:7

Bendiciones