domingo, 4 de diciembre de 2011

Momentos de aflicción

Tú, que dabas lecciones a muchos y fortalecías al débil;  tú, que animabas a levantarse al
que caía y sostenías al que estaba por caer,  ¿te acobardas y pierdes el valor
ahora que te toca sufrir? Tú, que eres un fiel servidor de Dios, un hombre de recta
conducta, ¿cómo es que no tienes plena confianza? Piensa, a ver si recuerdas un solo caso
de un inocente que haya sido destruido. La experiencia me ha enseñado que los que
siembran crimen y maldad cosechan lo que antes sembraron. Job 4:3-8

No es fácil gozarnos en momentos de aflicción, pero tenemos al Espíritu Santo quien ha derramado en nuestros corazones el amor de Dios,  ayudándonos a gloriarnos en las tribulaciones  (Romanos 5:3-5).

Bendiciones